(Para casos de pequeños holocaustos sin pena ni gloria)
Besar, lamer la tierra. Devorarla.
Tomar impulso desde la frontera, el límite que te sostiene.
Abrazar y abrasar la despedida.
Acariciar el terreno que ocupa tu manojo anatómico.
Recibir el vacío. Metamorfosearlo.
Contemplar el trozo que te corresponde de suelo, de cielo.
Ofrecer la otra mejilla, la espalda, sin resistencia.
Dejar entrar el desierto.
Vaciar los bolsillos de moléculas ambiguas.
Desactivar las alarmas, para que el sol salga de dentro.
Inventar la cartografía de salida.
Dejarse nutrir por el paisaje.
Habitar las líneas de la mano.





Photo de Laurent Perrot 2020 Barcelona @laurentperrotphotography @perrot.laurent https://laurentperrot.org/
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